Seguimos hablando de composición con una técnica que destaca por su simpleza y minimalismo. El uso del espacio negativo.
El espacio negativo es la parte o partes “vacías” de la imagen. Esto quiere decir que destaca por su uniformidad (luz, color o textura) y por no formar parte del centro de interés o el espacio positivo. Este espacio negativo puede ser uniforme, pero también puede contener elementos como líneas visuales, patrones, texturas u otros elementos que ayuden a contextualizar la imágen.
Utilizando esta técnica compositiva aportamos aire y espacio a nuestro centro de interés, lo aislamos y facilitamos la lectura de la imágen. Además esta técnica nos ayuda a transmitir sensaciones como inmensidad, calma, soledad o profundidad.
Depende de donde situemos el espacio negativo con respecto a nuestro centro de interés obtendremos unas sensaciones u otras.
Por ejemplo: Si dejamos el espacio negativo en la parte superior la sensación es de calma o soledad.
Esta técnica es ideal si buscamos aislar el centro de interés o crear imágenes minimalistas. Y tiene mucha fuerza si la combinamos con otras técnicas como la regla de los tercios y nos apoyamos de algunas líneas que guíen nuestra atención al centro de interés de nuestra fotografía.
Personalmente, aplico mucho el espacio negativo en mis imágenes para generar sensación de vacío e inmensidad. ¿Y tú? ¿Cómo aplicas este regla?