Mucha gente dejaría esto para el último punto o incluso no lo meterían como algo a tener en cuenta pero sin la mentalidad correcta te será difícil aguantar más de dos golpes en cualquier tipo de emprendimiento que te plantees y menos aún en la fotografía.
A mi me ayudó mucho entender que cada uno tiene su propio camino y que si te fijas en los demás es para ver cómo han conseguido sus logros y no para criticarlos constantemente.
Además es importante que trabajes tu control del estrés y la ansiedad, estás encaminándote hacia un trabajo con cierta inestabilidad así que será mejor que aprendas a estar bajo control.
¿Conoces la Resiliencia? Sí, esa palabra que se puso tan de moda tras la pandemia. Pues eso tienes que ser tú; resiliente, estoico, más durx que una piedra de granito, o tercx cómo una cabra queriendo saltar un cercado, elige lo que más te motive.
Este segundo punto va relacionado con el primero. Pon el foco en el largo plazo, sé constante y da pasos pequeños que te mantengan en el presente. Aquí tienes que confiar en el proceso.
Piensa en tu carrera fotográfica como si estuvieses corriendo una carrera de larga distancia y aguanta. ¿Recuerdas la fábula de la liebre y la tortuga? Pues te toca ser tortuga, que ya sabes como acaba la liebre.
Confía en lo que haces y porqué lo haces. Mira tu camino, evita compararte constantemente con el resto y no olvides que tienes que trabajar en el presente con el foco en el futuro.
Un truco, que a mi me ha funcionado mucho es marcarme metas grandes y dividirlas en escalones pequeños.
Aprovecha los días que todo fluye para apretar y cubrir más terreno, pero si otro día estás que no te sale nada, date un respiro, haz algo que te motive, y retoma el trabajo al día siguiente. No vale de nada, estar 7 horas en el ordenador viendo pasar las horas con la cabeza en otro lado. Trabaja de forma efectiva, no calientes la silla.
Tu negocio no eres tú. Si puedes divide las cuentas, o al menos aparta a una cuenta de ahorro de fácil acceso la partida que quieras destinar a tu negocio.
Cuando cobres, págate el primero, cobra lo que has trabajado y destina un porcentaje a la cuenta de tu negocio (Un 20% a mi me funciona bien) De esta forma siempre tendrás de dónde tirar si quieres invertir un poco más. También puedes aplicar esto a tu colchón personal y así estarás aún más cubierto si vienen mal dadas. Cuanto mejor hagas esto más tranquilidad tendrás para tomar decisiones y mejor valorarás las opciones que se te presenten.
Si ya quieres hilar fino, márcate un presupuesto de gastos mensual u anual, y así podrás ver si se te escapa la pasta por algún lado. Muchas veces no somos conscientes de las 20.000 mierdas a las que nos hemos suscrito, de la prueba gratuita que dejó de serlo o de que de repente tienes un gasto extra con el que no contabas.
Antes de hacer un gasto extra valóralo bien. Muchas veces queremos correr más de la cuenta y empezamos a comprar cursillos y aplicaciones que nos prometen que nos van a solucionar al vida de un día para otro. Si tienes mucho capital, podrás atajar ciertos procesos, pero por lo general generar un negocio sólido requiere de tiempo y esfuerzo.
Prioriza, prémiate de vez en cuando, pero sé disciplinado con tu dinero y con el de tu negocio.
Para una sesión de fotos seguramente, cómo mínimo estarás trabajando un día en la pre-producción, otro el día de disparo y otro de post-producción. Así que no cobres 100€ por “sólo una sesión de fotos” a no ser que quieras pasarte la vida comiendo pan mojao.
Cuanto más consciente seas de todo tu proceso de trabajo, del valor que tiene y de lo que tardas en cada paso, más firme serás con tus precios.
Además de esto, has de saber cómo transmitir el valor de tu producto a tu cliente, hacerle saber por qué vales lo que vales y qué le ofreces que otros no tienen.
Si estás empezando ve poco a poco, no tires los precios pero tampoco quieras cobrar cómo alguien que tiene una muy buena experiencia a sus espaldas. Ser consciente de en qué punto te encuentras ayuda a ver una perspectiva más global del trabajo.
Si quieres probar en un nuevo sector, o hacer algo que nunca has hecho, habla con tu cliente, haz una oferta y trabaja a un precio más bajo para que te sirva de test y así tener menos presión.
Sí, sé que es difícil cuando la cosa está floja decir que NO a algunos trabajos, pero si el trabajo que te ofrecen implica trabajar por debajo de tus costes y te alejan de tus objetivos, realmente estás perdiendo dinero aunque te paguen por ese “curro”.
Aquí la clave es saber tus opciones, alguien que está empezando, o que se está dando a conocer en un lugar o sector nuevo, tiene que navegar entre más “mierda”. No es nada malo, en cierto sentido hay que pasar por ello es parte del aprendizaje, pero aún así, si puedes ser un poco “selectivx” mejor. Si ya tienes cierta notoriedad y portfolio juega bien tus cartas y selecciona tus trabajos.
Si no te va a ayudar a mejorar tu portfolio, al menos que te de dinero y te quite poco tiempo.
Aquí es importante tener una estrategia desde el principio, pon el foco en lo que quieres y trabaja en lo que te acerque a tus objetivos.
Mucha gente sólo quiere cobrar más por lo que hace, pero se olvida de que un coste más alto para tu cliente implica aportar valor a la experiencia de compra, cada paso suma, y cuanto más consciente seas de esto mejor podrás valorar tu trabajo
Piensa en la diferencia de comprarte una camiseta en Primark o comprarte una en Lacoste. ¿A que no te tratan igual en la tienda, ni el producto se muestra de la misma manera?
Queridx, vendes una experiencia no sólo fotos, vídeos o motos. Grábate eso en la cabeza.
Cuida todo el proceso, desde cómo atiendes un primer contacto, cómo presentas un presupuesto o hasta cómo te comunicas con tus clientes. ¡Ah! y no te olvides de cuidar la presencia de tus facturas, trabajas en el sector de la imágen cuida de ella.
Trata bien a tus clientes con esmero, (que no quiere decir que digas que sí a todo) cuida cómo los llevas por las diferentes etapas del proceso y genera vínculos sanos con ellos. Esto hará que no te olviden y quieran seguir trabajando contigo.
Instagram, TikTok, Youtube, LinkedIn y todas sus primas pueden ser útiles pero no deberían ser tu prioridad a no ser que tu objetivo vaya muy vinculado con el crecimiento en estas redes o tengas una estrategia muy sólida detrás.
Sí lo que realmente quieres es que tu trabajo sea estar disparando céntrate en trabajar la mejor red social que existe, el boca – oreja.
Ni tiene nombre en inglés, ni un logo molón, pero es la que más trabajo te va a traer. Trabaja fino, ayuda a tus clientes y serán ellos mismos lo que te recomienden sin dudarlo.
Si además quieres ser más activx, busca contactos en tu zona, invítalos a un café o una cerveza y enséñales tu trabajo. Poca gente dice que no a una charleta distendida con un buen café delante. Además si eres una persona maja, estoy seguro que te recordarán con cariño por sacarles un poco de su rutina diaria.
Sé real y estate presente, cuida tus contactos, y será raro que te falte trabajo.
No siempre es posible, pero si puedes no te endeudes. Irás más despacio y quizá tu crecimiento sea un poco más lento. Pero ¡Joder se duerme tan a gusto cuando no debes pasta!
Si montas un bar esto es más difícil (aunque no imposible) , pero si quieres trabajar de fotógrafo o producir vídeos, no necesitas mucho para comenzar.
Mira, yo monté junto a mi socio Quique la productora NVCR.STUDIO sin invertir apenas pasta y jamás hemos pedido un crédito. Empezamos con lo que cada uno tenía y para trabajos concretos alquilamos el equipo si era necesario.
Todo ha sido ir currando y reinvirtiendo parte de las ganancias en conocimiento, en mejorar nuestro proceso de trabajo y en equipo.
No le des tanta importancia al equipo y céntrate más en el servicio que ofreces y en el producto que entregas.
La composición, el color, la luz, tu trato con el cliente, no tener cara de pepinillo avinagrao cuando las cosas se tuercen un poco… Todo eso es más importante que la última cámara de moda.
Se pueden hacer maravillas con un móvil, así que no te líes mucho y demuestra lo que vales.